Louis de Berquin era un abogado y lingüista francés. Pero se distinguió en la Reforma en Francia como un « intermediario » de ideas. En nuestro blog « Par la foi », una de nuestras principales tareas es popularizar y traducir lo que otros han dicho para que más gente pueda descubrirlo. Louis de Berquin nos precedió en esta tarea.

Fue efectivamente el traductor de las obras de Erasmo, Lutero y Melanchtón. Se desarrolló en el universo intelectual de la Sorbona, que fue a la vez cuna y tumba de la Reforma en Francia. En efecto, fue en la Sorbona donde Jacques Lefèvres d’Estaples expuso la sana doctrina de la justificación en sus comentarios sobre las Epístolas de Pablo, y fue allí donde Guillaume Farel fue despertado al Evangelio. Pero también fue allí donde Noel Beda, el gran enemigo de la Reforma, hizo todo lo posible para silenciar a los « seguidores de Lutero ». Los reformados tuvieron que refugiarse primero en Meaux, con el Obispo Briçonnet, amigo de la Reforma, luego en el extranjero y sobre todo en Suiza.

Louis de Berquin también experimentó esta oposición. Todos sus escritos fueron quemados, su lengua perforada y fue encarcelado y se le prohibió conseguir algo para escribir. Apeló al Rey Francisco I, como lo hizo Juan Calvino en su Epístola al Rey, el prefacio de la Institución, pero esto no fue de mucha ayuda para él. Por el contrario, su juicio se adelantó y fue condenado a muerte en la hoguera.

Durante su ejecución, quiso hablar, pero los gritos de los soldados apagaron su voz, y se entregó sin murmurar a sus ejecutores diciendo: « ¿Por qué iba a odiarlos? Me llevan a la casa de mi padre. »  

Marguerite de Valois, hermana de François Premier, compuso « Le cantique des martyrs » (el cántico de los mártires) :

Despierta, Señor Dios, 
Haz tu esfuerzo, 
Y ven a vengarte en cualquier parte 
Algunos de tus muertos. 
Quieres que tu Evangelio sea 
Sea predicado por tu pueblo 
En castillo, pueblo y ciudad, 
Sin que nadie celebre nada.   

Dáselo a tus sirvientes, 
Corazón firme y fuerte 
Y la del amor todo ferviente 
Amen la muerte….. »